Maldita

Maldita

Maldita es una pieza que va calando profundo a medida que avanza. Evidenciando los roles impuestos para cada género y la falta de compresión. Un drama que alcanza momentos tan absurdos que al verlos en escena provocan risa, pero que seguramente siguen pasando en la cruel realidad.

 

Un escenario rural, alejado y solitario. Un rancho despojado de finales del siglo XIX. Allí vive Matilde luego de que su padre la entregara a Avelino. Ella es bella, inteligente y lúcida, algo sumamente riesgoso para una mujer en ese entorno. Él es rústico, machista y de pocas luces. De esos hombres que se hacen respetar alzando la voz.

Avelino siente que Matilde es parte de su propiedad, como lo son su campo y sus vacas. La necesita para conseguir tener descendencia, algo que no pudo lograr con sus esposas anteriores. Bajo la amenaza de ser llevada a un convento de clausura, Matilde hará todo lo posible para quedar embarazada de “ese machito”, a pesar de que ese hijo se transforme en otra especie de atadura. 

Maldita es una obra dramática que provoca risas incómodas por algunas situaciones crueles llevadas al extremo. Lo que al comienzo pareciera como una historia sobre el machismo, va profundizando en los sentimientos de esa mujer que está sola con sus pensamientos.
Es muy interesante ver como Matilde, en principio busca un hijo para liberarse sin imaginar que luego se verá aún más amarrada a su marido y a ese bebé. Teniendo que soportar las demandas y exigencias de los hombres que no pueden valerse por sí solos. 
Es ahí cuando la maternidad deja de ser una forma de realización para convertirse en una prisión que lleva a la culpa y a tomar decisiones inesperadas. Y por otro lado, la incapacidad de paternar de ese hombre que solo quería alguien a quien dejar sus propiedades.

Además del texto, esta obra se destaca por sus excelentes actuaciones bajo la dirección de Indio Romero y Sebastián Vigo.
Vando Villamil, mostrando con sutileza varias facetas de Avelino.
Antonia Bengoechea, transitando las diferentes etapas de Matilde y poniendo en escena el evidente conflicto interno que la acompaña.
Félix Santamaría, que crece al igual que su personaje Braida con el transcurso de la obra.

Una propuesta que no se queda anclada a los estereotipos, nos obliga a pensar y seguir intercambiando reflexiones luego de terminada la función.

por Valeria Argenzio @yohablofuerte      

#teatro #maldita #vandovillamil #antoniabengoechea #felixsantamaria #sandrafranzen #indioromero #sebastianvigo #teatropicadero


Ficha técnica

ACTÚAN: Vando Villamil, Antonia Bengoechea, Felix Santamaria
AUTORÍA: Sandra Franzen
DISEÑO ESCENOGRAFÍA: Marcelo Valiente
DISEÑO VESTUARIO: Marcelo Valiente
DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Agnese Lozupone
DISEÑO GRÁFICO: Violeta Santamaría
FOTOGRAFÍA: Alejandro Calderone Caviglia
REALIZACIÓN DE ESCENOGRAFÍA: Augusto Latorraca
ASISTENTE DE VESTUARIO: Laura Spampinato
MAQUILLAJE: Beatriz Abrigo
PEINADOS: Beatriz Abrigo
SONIDO: Joaquín Segade
ASISTENCIA DE ESCENA: Joaquín Segade
PRENSA Y DIFUSIÓN: Carolina Alfonso
DIRECCIÓN ASOCIADA: Sebastián Vigo
DIRECCION: Indio Romero

Compartí

Comentarios

Para comentar por favor inicia sesión.