
La memoria que somos
¿Qué es la memoria? ¿Un lugar? ¿Un perfume? ¿Los ojos de un ser querido? ¿Qué nos seduce a realizar ese viaje de reencuentro con quienes fuimos en otros tiempos?
Hacía rato que no andaba por Villa Crespo. (Siempre tan fiel al circuito de calle Corrientes). Me sorprendió gratamente su Increíble crecimiento de la oferta gastronómica y proliferación de salas. El teatro resiste también en este barrio emblemático; más allá del cambio de nombre marketinero. (¡Palermo Queens, daale!?) Moscú teatro-escuela es un lugar acogedor y además te reciben con tecito y torta. Ya de entrada eso trae a mi memoria a la tía Estela y su famoso budín inglés.
La memoria que somos. Una especie de Volver al Futuro autóctono. Dos personajes. Dos amigas entrañables en escena. Una conversación que invoca al pasado en un ritual disparatado. Sutil y amorosa. Cruda de a ratos, pero sin golpes bajos.
La receta navideña que se olvida dispara el recorrido caleidoscópico por historias familiares, tramas inconclusas y complicidades. ¡Los rituales de la memoria y su sensorialidad! No puedo evitar mis “¡Claro! ¡Yo lo veía a ese programa! Mmm … esa cortina de programa de radio me suena!” ¡Ni qué decir de los flashbacks con juegos y modas de aquellas controvertidas décadas del 70 y 80!
La obra retrata maravillosamente las resonancias de toda una época histórica pero también las pequeñas-grandes vivencias de la infancia donde cobran protagonismo las abuelas. Y si uno mira atrás con los ojos del corazón, hasta puede ver a las propias; con sus delantales llenos de harina preparando ñoquis o tallarines para toda la parentela. Los caminos de la memoria son caprichosos: fluyen, se atascan, se bifurcan y se reconectan.
La memoria colectiva se activa con cada frase y gesto que articulan Mariana y Corina en un excepcional ensamble actoral. Se destacan su histrionismo y coordinación en escena. Un texto sólido que se nutre y revitaliza con el minucioso trabajo corporal de ambas actrices. Voces claras y articuladas. Calidez y complicidad. Todo es disfrute y reflexión. Esa reflexión que se da de forma orgánica cuando los sentidos se despiertan del aletargamiento cotidiano; del automatismo disciplinado que imponen los tiempos actuales.
¡No dejemos nunca de ser y hacer memoria!
Hermosa obra.
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Dramaturgia:Compañía Las Berlinesas
Intérpretes:Mariana Del Pozo, Corina Sztryk
Diseño de escenografía:Julieta Capece
Diseño sonoro:Federico Marino
Diseño De Iluminación:Soledad Ianni
Fotografía:Constanza Niscovolos
Diseño gráfico:Laura Tavacca
Prensa:Carla Saccomanno
Colaboración En Difusión: Carla Saccomanno
Producción:Compañía Las Berlinesas
Co-producción:Moscú Teatro
Dirección:Lali Fischer, Luciana Taverna
Duración: 65 minutos
Por Gigi Sevilla - @giselu2