Escoba vieja sabe bien

Escoba vieja sabe bien

“Barrio de Belgrano, Caserón de Tejas” es un conocido pasaje del vals casi homónimo “Caserón de Tejas “, con letra de Cátulo Castillo y música de Sebastián Piana.
Escrito en 1941 este nostálgico vals describe quizás sin darse cuenta el perfil social de uno de los barrios más privilegiados de la ciudad de Buenos Aires.
A diferencia de los tangos que hablan de un Barrio de la Boca como bien podría ser “El Conventillo”, tango situado entre calles anegables y endebles construcciones de chapa, “Caserón de Tejas” en su descripción arquitectónica nos indica que el barrio de Belgrano cuenta en su mayoría con techos sólidos -generalmente a dos o más aguas- y por ende también con paredes robustas que puedan soportar sus pesadas tejas. Profundizando aún un poco más podríamos inferir que quienes por entonces ordenaron la construcción de estos caserones también deberían contar con bolsillos sólidos y solventes. 
Han pasado cuantiosos años desde que “Caserón de tejas” fue compuesto y ya muchos de esas hermosas construcciones fueron demolidas para erigir en sus lotes importantes torres de igual solidez, mientras que en el Barrio de La Boca, las conventilleras paredes de chapa se mantienen aún estoicas brindándoles a sus habitantes frío polar en el invierno y un bochornoso calor tropical en el verano. 
Pero tomemos el 152 y volvamos a Belgrano.
Hace algunos años, más precisamente durante la HOY infame década de los 90, entre el cielo prístino que permitían los caserones y el escueto que actualmente escamotean los edificios, el zenit de la Avenida Cabildo - arteria insignia de dicho barrio- fue interrumpido intermitentemente por una llamativa campaña publicitaria de una factura por cierto bastante casera.
Desde un sinnúmero de pasacalles colgados a lo largo de toda esta avenida, una llamativa leyenda rezaba en colores rojo y azul la siguiente propuesta: “DESE UN GUSTO, TENGA UNA MUCAMA”.
Repito: “DESE UN GUSTO, TENGA UNA MUCAMA”.
No era casual que esta campaña se extendiera por lo menos en ese sector de la ciudad (no me consta en otros). Tamaño “gusto” no estaba al alcance de clases sociales que debían privarse  de lujos asiáticos como podrían ser el de comer o el de vestir.
Sensibles ante la desventajosa posición de quienes dejan a diario sus casas para limpiar las ajenas y para algunas  veces -o muchas- ser tratadas como un “gusto”, las dramaturgas Lali Fisher y Mariana del Pozo hicieron un trabajo de campo, que aunque no en Belgrano sino en el corredor Country de la Zona Norte Bonaerense, brindó igualmente previsibles resultados y que decantó en la obra “La que limpia”.
Luego de recopilar testimonios, Mariana del Pozo -quién pone su cuerpo en este unipersonal- es la voz de muchas de estas mujeres. Y lo hace con gran  veracidad: recorro a diario la zona, comparto medios de transporte, escucho charlas en voz alta de estas mujeres.
La obra está plagada de lugares comunes para muchos de nosotros, otros insospechados y otros corroborados al menos por mí, dado que al día siguiente de la función los charle con mi amiga Mariana (no del Pozo), quien limpia la fábrica en la que trabajo de Lunes a Viernes y quien me confirmó mucho de lo que la Mariana (sí del Pozo) “me” había actuado la tarde anterior.
“La que limpia” conmueve. La actuación de Del Pozo es potente y merece un fuerte aplauso final. La escenografía, las luces, el sonido; todo el dispositivo teatral es muy destacable: mis más sinceras felicitaciones para todo el equipo cuyos nombres encontrarán en la “Ficha técnico, artística”.
Quienes pertenecemos a una clase media con sus vaivenes, alguna vez hemos tenido o tenemos relación con trabajadoras domésticas. Ellas, tantas veces menospreciadas, son un engranaje fundamental en la máquina que permite que el resto consigamos nuestros objetivos, desarrollemos nuestras vocaciones y a la vez tengamos hijos (aunque no sea mi caso).
Porque a no hacernos los tontos: Como funciona hoy el mundo y como seguramente lo seguirá haciendo, para repetir torta, alguien, sí o sí deberá comer una porción menos, así que sea agradecido.
No lo dude, Domingos 18 hs, Teatro Moscú, obra “La que limpia” y “DESE UN GUSTO, VEA A UNA MUCAMA” que le ayudará si cuenta con un poco de sensibilidad, a ser más justo en el caso de que no lo haya sido hasta ahora.
Marcelo Valerga: En homenaje a Aurora Nieto, que limpió tantas veces la casa de mi madre, me trató como a un hijo, y yo a ella como a una abuela.

Por Marcelo Valerga - @teatrodibujado


SINOPSIS

La que limpia es un personaje más del paisaje urbano, de la vida cotidiana. ¿Qué piensa? ¿Qué mira?
Laura limpia casas para sobrevivir, aunque está cansada. Entre casa y casa recorre el paisaje del conurbano bonaerense. Para matar las esperas nos cuenta de sus trabajos, de las señoras de esos trabajos, en sus pensamientos se cuela el dolor de su pérdida mientras alarga el momento de tomar una decisión.

Esta obra está inspirada en el universo de Lucía Berlin

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Dramaturgia: Mariana Del Pozo, Lali Fischer
Actúan: Mariana Del Pozo
Diseño de vestuario: Florencia M. Tutusaus
Diseño de escenografía: Florencia M. Tutusaus
Música original: Santiago Ascaso
Diseño De Iluminación: Soledad Ianni
Fotografía: Constanza Niscovolos
Diseño gráfico: Laura Tavacca
Asistencia de dirección: Martina Damiano, Luciana Taverna
Prensa: Carla Saccomanno
Dirección: Lali Fischer

✨ LA QUE LIMPIA
🗓️ Domingo - 18:00 hs
🎭 MOSCÚ TEATRO
📍 Ramirez de Velasco 535

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